MITO SOBRE ESPIRITUALIDAD Y ABUNDANCIA

Pensar que los deseos de abundancia son incompatibles con la espiritualidad es un mito que nos influye a muchos de nosotros, y constituye un impedimento para sentirse merecedor de esa abundancia.

Esto se ve alimentado por la idea de que es egoísta e impropio visualizar y desear cosas materiales. examina   esta actitud, y determina si también has llegado a pensar que esto es cierto.

Echa un vistazo a tu alrededor y observa la abundancia de nuestro universo. Se extiende mucho más allá de nuestra capacidad para imaginar su vastedad. Esta abundancia fluye a partir de la misma energía que abarca nuestra esencia fundamental. La abundancia eres tú. No te engañes.

Todo lo que ves a tu alrededor es una parte de la manifestación material del espíritu. La materia no es una ilusión o algo que no debiera existir, sino un medio necesario que permite al espíritu diferenciarse sobre el plano de la existencia. Tener la sensación de que es egoísta desear y manifestar, supone dividir el mundo del espíritu del mundo de la materia. Al considerar el espíritu como incompatible con la materia, negamos que el espíritu que hay en la materia sea la energía a partir de la cual se origina. Y con ello también negamos la validez de nosotros mismos como seres espirituales.

No hay razón para sentirnos avergonzados por desear que las cosas se manifiesten y que estemos dispuestos a participar en la danza de la creación. Del mismo modo que cada uno de nosotros somos un todo armonioso compuesto de espíritu y materia, también lo es el universo entero.

El proceso de la vida que toma forma es un misterio. Ese misterio se ve gobernado por una energía creativa que se puede conocer cuando nos sentimos genuinamente merecedores de recibir en forma material. La abundancia es lo que caracteriza a la fuerza creativa en el universo. Tienes derecho a disponer de abundancia en tu vida y a irradiar prosperidad hacia todo lo que se encuentre en tu mundo. Sintiéndote pequeño lo único que conseguirás es que eso se manifieste en tu vida. 

Todo aquello que necesitas dominar para lograr que estos principios se conviertan en un modelo útil en tu vida lo tienes a tu disposición, en forma de actividad mental. No necesitas salir y conquistar nada. Se trata simplemente de cambiar tu mentalidad, y convencerte de que mereces recibir todas las bendiciones de Dios, ya sean materiales o de otro tipo.